"La Iglesia será llamada a curar las heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad" (Papa Francisco)

14 de febrero de 2015

Manifestadores

Sagrario de la Iglesia Parroquial de Bercianos de Vidriales



El Concilio de Trento (siglo XVI), en respuesta a los ataques de los protestantes, reafirmó con fuerza el Sacramento de la Eucaristía como presencia real del Señor en las especies del pan y del vino. Consecuencia de esa presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento es la adoración que se le debe como verdadero Dios. El cristiano, al comulgar, recibe realmente el Cuerpo y la Sangre de Cristo pero, además, le debe dar culto.

Esta doctrina llevó a que, desde Trento, se incrementase el número templos con el sagrario en un lugar relevante para la adoración de los fieles. El sagrario ya no era un simple receptáculo para guardar las Sagradas Formas, sino un lugar donde se pudiese dar el culto debido a Dios.

La especial relevancia que dio el Concilio a la Eucaristía no sólo incrementó y dignificó el sagrario como un lugar destacado dentro de las iglesias, también, para la adoración del Santísimo, se invitó a los fieles a adorarlo en procesiones públicas y comenzó a surgir un nuevo espacio dedicado a Él: el expositor o manifestador.


El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, en su segunda entrada, define el manifestador como “dosel o templete donde se expone el Santísimo Sacramento a la adoración de los fieles”. Vinculado con frecuencia al Retablo Mayor y, en la mayoría de las ocasiones, encima del sagrario, hay un lugar donde se colocaba la Custodia para exponer el Santísimo y que los cristianos orasen en su presencia.

De su función, exponer o mostrar (manifestar) al Santísimo Sacramento, viene su nombre: expositor o manifestador. Se pueden encontrar de diversas formas. Las más frecuentes, como una pequeña hornacina dentro del retablo o en el conjunto del tabernáculo. Es habitual descubrirlo también en forma de templete.

En los pueblos de Vidriales tenemos varios ejemplos, aunque casi siempre el lugar reservado para la Exposición del Santísimo lo ocupan crucifijos o diversas imágenes. La mayoría de las gentes ignoran cuál es su verdadera función, por eso, al ver el hueco vacío, la tendencia es ocuparlo con algo. En la práctica ha llegado a convertirse en un lugar para colocar imágenes.

Con forma de templete y en el centro del retablo mayor, aunque como mueble independiente, lo tenemos en la iglesia de Moratones. 






















También con forma de templete lo encontramos en Brime de Urz, aquí con una peculiaridad: se encuentra divido con una tabla giratoria. Por un lado, cuando no está el Santísimo presente, tiene un relieve de la Inmaculada; por el otro, el lugar específico para colocar la Custodia con el Santísimo.



Son varios los que tienen forma de hornacina. En el pueblo de Congosta hay uno de ellos que, curiosamente, tiene albergado un moderno sagrario metálico, a pesar de encontrarse encima del propio sagrario del retablo.


En Carracedo de Vidriales, en el mismo retablo, también hay un hueco encima del sagrario que alberga una imagen del Niño Jesús, aunque se ve claramente que su misión es otra, ya que incluso tiene dibujada una Custodia en el fondo.


En Ayoó de Vidriales, como en Moratones, es un mueble exento del retablo que conforma todo el tabernáculo. Desde tiempo inmemorial estuvo ocupado por un crucifijo. En los últimos años el crucifijo ha sido desplazado a otra hornacina menor situada por encima, y hoy ocupa su lugar una pequeña imagen de “El Salvador”, patrón de la Parroquia.

 
También en la parroquia de San Miguel Arcángel, de Cunquilla de Vidriales, forma un solo mueble el sagrario con su manifestador, que en este caso alberga una imagen actual de la Virgen de Fátima.



De los más curiosos y originales es el de Villageriz. Se trata de un pequeño armarito con dos puertas abatibles. En este manifestador podría estar la Custodia de modo permanente. Para la exposición simplemente haría falta abrir las puertas y, cuando finalizase el tiempo de adoración, cerrarlas manteniendo la Custodia en su interior.

 

No sé si se le puede llamar manifestador, ni tan siquiera si tiene esta función. En Fuente Encalada, dentro del mismo sagrario, en su base, hay una tablilla que se desliza sobre dos rieles de madera para poder extraerla unos centímetros fuera del sagrario. Bien podía ser para exponer el Santísimo en el mismo sagrario y a la vez fuera de él. Supongo que, de ser así, en este caso sería con el copón en lugar de la Custodia.

 




















Para terminar, el tabernáculo de Grijalba, toda una joya monumental. No cuenta con manifestador, pero bien pudiera hacer las veces el mismo sagrario. Mientras que la mayoría de ellos simplemente están dorados por dentro, éste está primorosamente decorado. Las fotografías que adjunto no le hacen justicia, pero es una verdadera maravilla.







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